Lazos Ciudadanos en San Pedro
San Pedro Garza García, Nuevo León ha sido llamado en repetidas ocasiones como el municipio modelo de América Latina por los altos niveles de ingresos, educación, participación cívica y calidad de vida de sus habitantes. A nivel regional (Latinoamérica), San Pedro llegó a ser el municipio más rico; aunque a nivel nacional, ocupa el segundo lugar en las mediciones de PIB per cápita, por detrás de la Delegación Benito Juárez en la Ciudad de México. En las evaluaciones del índice de desarrollo humano (IDH) en México, San Pedro supera ampliamente la media nacional y se ubica en uno de los primeros diez lugares de la tabla.
Sin embargo, la realidad de bonanza que impera para la mayoría de los habitantes de San Pedro también propició que, a nivel estadístico, se reflejasen las mayores desigualdades sociales y económicos entre la población. Pues si bien el municipio tiene una vocación preponderantemente residencial y comercial; hasta el año 2012 existían asentamientos irregulares en los lechos del Río Santa Catarina, en los límites con la Av. Ignacio Morones Prieto, en las colonias cerca del Panteón Municipal, y en los límites de San Pedro con la ciudad de Monterrey al oriente. Aunque históricamente habían existido habitantes con una situación social vulnerable en el Casco Urbano y en los límites de con Santa Catarina hacia el poniente de la ciudad, la política social de las administraciones municipales había llevó a cabo programas exitosos de 1988 al año 2009 que brindaron de espacios públicos deportivos, talleres de educación técnica y desarrollo cultural a quienes vivían en esas zonas de la ciudad. Los resultados del día de hoy han elevado la calidad de vida de esas personas.
Sin embargo, la administración municipal que arrancó en el año 2012, bajo el liderazgo del alcalde Ugo Roberto Ruiz Cortés, se percató de la existencia de 300 familias en el municipio de San Pedro que aún vivían en situación de pobreza extrema. El alcalde, al inicio de su gestión, se propuso levantar bandera blanca para el año 2015, con el objetivo de finalizar su trienio habiendo convertido a la ciudad en el primer municipio de México con el índice de pobreza extrema en 0.00%.
Para lograr su objetivo autoimpuesto, la ciudad no tardó en diseñar un plan de acción estratégico. En este, se delimitó evitar el asistencialismo y procurar el desarrollo del marginado, invitándolo a colaborar hombro con hombro con la administración pública. El programa se llamó Un Solo San Pedro. El alcalde hizo lazos ciudadanos para financiar una parte del costo del proyecto. Otro tanto lo aportó la hacienda municipal. El modus operandi fue el siguiente: investigadores de campo detectaron en dónde se ubicaban los casos de pobreza más desesperados del municipio. Para ello, se calificaban los ingresos de las personas (por el dicho de estos); la circunstancia socioeconómica de la familia; y, sobre todo, las condiciones en las que se encontraba su vivienda.
Posteriormente, el gobierno cotizaba el costo de otorgarles a estas personas una vivienda digna y, con base en la evaluación practicada, los registraba en los programas de apoyo social correspondientes para dar cauce a las situaciones particulares de precariedad de cada persona. El municipio aportaba el 90% del costo de los materiales de construcción y pedía a los beneficiarios que ellos aportaran el remanente y la mano de obra. Únicamente en los casos en que la persona no podía construir la vivienda, por su edad o enfermedad, entonces el gobierno ayudaba con el 100% del proyecto. A través de Un Solo San Pedro, el gobierno municipal cambió las paredes de cartón y los techos de lámina por un patrimonio para las familias más desamparadas. Se regularizaron los asentamientos irregulares, se otorgaron escrituras, se pintaron las casas de colores, se instalaron parques públicos de primer nivel en cada colonia y se levantó un censo de las personas que habitan en cada una de estas nuevas colonias.
*Antes y después Colonia Santa Elena. Foto publicada por el gobierno municipal el 10 de septiembre del 2014
En el año 2015, la administración municipal levantó bandera blanca contra la pobreza en San Pedro. El alcalde siguiente, Mauricio Fernández Garza, viendo el valor del programa Un Solo San Pedro y el beneficio que había conllevado para la calidad de vida del municipio, decidió instaurar un programa con el propósito de organizar una especie de mantenimiento de lo alcanzado en los anteriores asentamientos irregulares. Ese programa se llamó “Madrinas de San Pedro”, y fue asignado a la Secretaría de Desarrollo Social y Humano, con un consejo ciudadano. En ese consejo, mujeres sampetrinas, esposas de empresarios de la ciudad, fueron comisionadas a las diferentes colonias beneficiarias de Un Solo San Pedro para estar al pendiente de las necesidades de las mismas; velar por el mantenimiento de los espacios públicos; la conservación de las inversiones sociales del municipio; y reportar incidentes de seguridad, basura o servicios públicos.
La cruzada para combatir la pobreza es una lucha incesante. Las necesidades son constantes, aunque evolucionen de unas de mayor precariedad a situaciones menos desesperadas que también necesitan de solidaridad para resolverse. Existen aún rezagos en materia de educación e ingresos; aunque no de vivienda. Este consejo ciudadano se ha esmerado por resolverlos y seguir construyendo sobre la línea de la política social exitosa del municipio de San Pedro. El consejo de las Madrinas de San Pedro decidió formar un comité de jóvenes que ayudarán al seguimiento de casos de necesidad social específicos. El consejo juvenil denominado “Padrinos Jóvenes” ha resultado un éxito para el posicionamiento social del programa entre personas de 16 a 30 años, recaudación de fondos y atención a niños y jóvenes de las colonias beneficiarias del programa. Ambos consejos trabajan hombro con hombro con la Secretaría de Desarrollo Social y Humano del municipio.
En Sockcétera viendo el valor social del programa y del esfuerzo es que estas organizaciones, fungiendo como lazos ciudadanos del gobierno realizan, decidimos sumarnos a la causa, lanzando, en conjunto con los “Padrinos Jóvenes” un producto con diseño exclusivo y por tiempo limitado, del que estaremos donando la mitad del ingreso de la venta a esta organización. La idea es colaborar con ellos utilizando a nuestra empresa como una plataforma para que los “Padrinos Jóvenes” realicen una campaña financiera de procuración de fondos y sigan transformando San Pedro.
[1] Ver: “Índice de Desarrollo Humano Municipal en México”. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Pág. 19. Año 2014 http://www.mx.undp.org/content/dam/mexico/docs/Publicaciones/PublicacionesReduccionPobreza/InformesDesarrolloHumano/UNDP-MX-PovRed-IDHmunicipalMexico-032014.pdf
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